Antes de comenzar, he de aclarar que no soy de andar contando cómo me siento, pero creo que cuando las cosas a uno le hacen bien es necesario compartirlas.
Parafraseando a una amiga mía, me animo a definir este viaje que realicé como una “caricia al alma”. No sólo por la oportunidad que significó de formarme y conocer lugares y gente nueva, sino también de ponerme a prueba.Descubrí que puedo sorprenderme como una criatura ante las cosas nuevas, animarme a conocer más aún sabiendo que me puedo perder o equivocar, abrirme a nuevas amistades y por sobre todo aprendí a valorar lo que me rodea.
Luego del curso mi viaje siguió un ritmo acelerado. Creo que ésto no tendría que sorprenderm
e, pensando en que durante 15 días el curso mismo fue acelerado, o sea que lo único que hice fue dejarme llevar por la fuerza de inercia producto de la bien adquirida aceleración horaria del curso, no?
Los que estuvieron conmigo y me escucharon hablar, deben acordarse de mi idea, algo así como recorrer España en 12 día (tiempo que me quedaba para mi vuelo de regreso). Y aunque tal vez no conocí todo y de ello me alegro, porque lo utilizaré de argumento para volver,
pude darme el gusto de conocer muchos lugares. Entre ellos estuvieron Loyola (que visité el mismo 31 de julio en fiestas de su Santo Patrono Ignacio), San Sebastián, Getaria y luego, mucho más al sur, Madrid, Salamanca, Segovia, Ávila, Toledo y el Escorial. Todos lugares bellísimos, aunque Navarra, sin dudas: la reina!
Para broche de oro, pude darme un pequeño gusto, que fue conocer Santiago de Compostela.
Ese si que fue un viaje locos! Primero que nada el precio de los boletos, segundo que entre ida y vuelta, para pasar el día en Santiago viajé en tren dos noches y la tercera las sensaciones de estar allí. El día fue espléndido, un verdadero regalo de Dios! Durante la tarde, luego de haber caminado lo que nunca, me quedé frente a la Catedral. De pronto, a modo de flash, tenía en mi mente cada uno de los lugares que visitamos, cada persona y muchas anegdotas. Me emocionó muchísimo eso y lamenté no estar con alguien más para compartirlo.
Estando en Santiago agradecí mucho, la oportunidad del viaje y pedí por cada una de las personas que nos acompañaron, para que puedan ser siempre felices y no pierdan nunca su generosa entrega, vitalidad y entusiasmo.
Quiero que sepan que no los he de olvidar y que Argentina los espera con los brazos abiertos!
Un gran abrazo!
Victoria
victoriasarasa@gmail.com