El día de ayer, dejamos la residencia Fuerte del Príncipe rumbo a Sanguesa. Después de conocer el Centro de Biomasa y la fábrica productora de pellets, nos encaminamos a la Iglesia de Santa María la Real. Para llegar a dicho lugar, atravesamos a pie un puente de hierro, desde el cual se podían ver los restos del antiguo puente romano.
La Iglesia, de estilo románico y con una influencia gótica, tiene una fachada donde se representan personajes bíblicos, mitológicos y legendarios, que a través de estos se les enseñaba al pueblo las diferencias entre el bien y el mal, historias, leyendas y demás.
En su interior, se encuentran varias Vírgenes. La que nos llamó la atención es la Virgen Inmaculada, que pareciera que está bailando flamenco ya que tiene sus manos como haciendo palmas y rodillas flexionadas. La misma presenta una cabellera natural, que es típica del barroco; esta, en particular, tiene su historia. Se cuenta que una mujer que teniendo a su hija muy enferma, le imploró que la ayude a sanar. La hija al recuperar su salud, se cortó el cabello y junto con su madre se la obsequiaron a la Inmaculada.
Más tarde nos dirigimos al Castillo donde nació San Francisco de Javier, quien se destacó por su evangelización en varias tierras (España, India, Malasia, Indonesia, Japón, Singapur, China, etc), y fue la persona que sembró las primeras semillas en las relaciones entre Japón y Epaña. El castillo por fuera y en su interior nos encantó, aunque la guía, a diferencia de todas las que hemos tenido, no supo atrapar nuestra atención porque no le ponía emoción a las historias tan interesantes de este Santo. Lo más divertido fue cuando entramos al calabozo y nos sacamos una foto como prisioneros.
Nuestro día nos pareció muy agradable ya que en nuestros países se habla mucho de San Francisco de Javier y hoy pudimos conocer el tan mencionado castillo. Y además, nos gustó haber tenido un tiempito para relajarnos y disfrutar del lugar.
La Iglesia, de estilo románico y con una influencia gótica, tiene una fachada donde se representan personajes bíblicos, mitológicos y legendarios, que a través de estos se les enseñaba al pueblo las diferencias entre el bien y el mal, historias, leyendas y demás.
En su interior, se encuentran varias Vírgenes. La que nos llamó la atención es la Virgen Inmaculada, que pareciera que está bailando flamenco ya que tiene sus manos como haciendo palmas y rodillas flexionadas. La misma presenta una cabellera natural, que es típica del barroco; esta, en particular, tiene su historia. Se cuenta que una mujer que teniendo a su hija muy enferma, le imploró que la ayude a sanar. La hija al recuperar su salud, se cortó el cabello y junto con su madre se la obsequiaron a la Inmaculada.
Más tarde nos dirigimos al Castillo donde nació San Francisco de Javier, quien se destacó por su evangelización en varias tierras (España, India, Malasia, Indonesia, Japón, Singapur, China, etc), y fue la persona que sembró las primeras semillas en las relaciones entre Japón y Epaña. El castillo por fuera y en su interior nos encantó, aunque la guía, a diferencia de todas las que hemos tenido, no supo atrapar nuestra atención porque no le ponía emoción a las historias tan interesantes de este Santo. Lo más divertido fue cuando entramos al calabozo y nos sacamos una foto como prisioneros.
Nuestro día nos pareció muy agradable ya que en nuestros países se habla mucho de San Francisco de Javier y hoy pudimos conocer el tan mencionado castillo. Y además, nos gustó haber tenido un tiempito para relajarnos y disfrutar del lugar.
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