Llegamos al Monasterio de la Oliva, un prior muy simpático junto al abad nos recibió.
La Iglesia databa del siglo XII, totalmente austera ,lugar especial para el recogimiento sin elementos que distraigan, donde uno se puede encontrar con sí mismo y con Dios. Participamos de la misa víspera de Santiago Apóstol patrono de España,y escuchamos las vísperas cantada por los monjes.
Un gozo para el espíritu.
Elsa Nora
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